Métodos populares para predecir el clima.
Retomando el tema de las tradiciones populares, hablaremos hoy de algunas formas de predicción meteorológica basadas en la observación de la naturaleza y los astros, escuchadas y recogidas todas ellas por tierras albaceteñas.
Se dice en algunos pueblos que "el labrador vive mirando al cielo", una inquietud natural en la sociedad rural, cuyo medio de vida, el campo y sus cultivos, duerme "al raso". La capacidad para anticiparse a los meteoros resultaba fundamental en la sociedad rural tradicional, cuyo calendario y ciclo vital estaba fuertemente condicionado por el ciclo de cultivo y en la que anticiparse a la naturaleza podía resultar vital, tanto a la hora de planificar debidamente las labores, como de prevenir o evitar dificultades derivadas de fenómenos climáticos. Entre otros ejemplos posibles ,la lluvia torrencial podía dificultar la vendimia o malograr la cebada amontonada en la era; la presunción de lluvias era determinante para decidir acertadamente el momento de la siembra y la previsión de dias soleados y ventosos señalaban en verano y tras la siega el momento de aventar la parva.
Relacionamos a continuación, alguno de los métodos predictivos que se empleaban, y que aún hoy en día siguen vigentes:
PREDICCIONES LUNARES
- El cerco de la Luna: consiste en una aureola velada en torno al disco lunar en luna llena, Un efecto óptico resultado de las condiciones de humedad y temperatura ambientales que se interpreta como riesgo inequívoco de lluvia.
- La cuna de la Luna: la observación se verifica con la Luna en cuarto creciente, formando un arco cuyos extremos o "cuernos de la Luna" apunta hacia la izquierda del observador. Circunstancialmente la Luna podrá observarse en una posición casi tumbada con los "cuernos" apuntando hacía arriba, esto es "haciendo cuna". Quiere la tradición popular que cuando la Luna hace cuna retiene en su concavidad el agua de la lluvia, pero ¡ay! si en noches siguientes la luna cambia de pronto su posición de forma tal que "los cuernos" tiendan a apuntar hacia abajo... volcará el agua contenida y la lluvia será cosa cierta en los próximos días.
PREDICCIONES BASADAS EN LAS NUBES
- El cielo aborregado: la acumulación de pequeñas nubes bajas redondeadas, de aspecto algodonoso que dan al cielo un aspecto similar al del forro de lana de borrego de ciertos abrigos, es indicio seguro de lluvia. Meteorológicamente estas nubes son conocidas como estratocúmulos y aparecen a menudo asociadas a frentes frios.
- Las nubes altas y filosas, conocidas meteorológicamente como cirros, han sido consideradas en el campo como anunciantes de frio y mal tiempo, lo que no es de extrañar, pues es sabido en meteorología que estas nubes altas, formadas por cristales de hielo, pueden asociarse a sistemas frontales.
-La niebla. Se dice que "mañanita de niebla, tarde de paseo" pues al levantarse la niebla mañanera el día quedará despejado y el cielo, raso.
PREDICCIONES BASADAS EN EL COMPORTAMIENTO DE LOS ANIMALES
- La aparición de abundantes hormigas aladas, vagando algo adormecidas en torno al hormiguero, preludia el final del verano y la llegada de los primeros chubascos otoñales. Tambien es indicativo de ello el frenesí de actividad de la hormiga común a finales de agosto y principios de septiembre; en otra época del año, la actividad frenética de las hormigas puede sugerir la llegada de una tormenta o incluso, de una catástrofe natural.
- La llegada de lasa golondrinas anuncia buen tiempo, cuando se marchan en síntoma de que el verano y el calor están cerca de acabar.
- La actividad inusual de los pájaros, puede preludiar lluvia o una tormenta de verano. Hacia el final del verano, señala que se acerca el otoño. Cuando se levantan frenéticamente en bandadas y vuelven a posarse, se preparan para emigrar: el calor del verano se acaba y se acerca peor tiempo.
PREDICCIONES SOLARES
Una de las más curiosas formas predictivas de las que he tenido noticia y de cuantas he podido observar se basa en un curioso fenómeno de refracción que permite que, situado el sol tras una nube poco densa, se translucen a través de ella tanto el sol, como otros dos reflejos del mismo, provocando la curiosa ilusión de que, tras la nube se ocultan tres soles: el original y dos más pequeños, flanqueando al auténtico.
El fenómeno de "los tres soles" se observa pocas veces con la debida claridad, pero cuando los reflejos se observan claramente con "soles" que flanquean al sol auténtico, se considera que la lluvia sobrevendrá en tres días y la predicción es tanto más segura, como clara y nítida sea la visión de los "tres soles".
De este método predictivo tan peculiar se conserva poca memoria, habiendo llegado a mi a través de una persona mayor y sin que en su propia localidad se guardase memoria de ello salvo a través de él. Por experiencia personal en dos ocasiones he creido avistar esos fantasmales tres soles a través de la nube, resultando la predicción cumplida en una de ellas y resolviendose la segunda (poco nítida por demás) en un tiempo algo más nuboso el días posteriores, pero sin amenaza de precipitación alguna. La persona que me lo transmitió, en cambio, aseguraba fallar pocas veces y concedía a su particular observación, la máxima fiabilidad.
Sin duda este es solo un modesto ejemplo de las diversas formas predictivas empleadas en el campo castellano para determinar, en tiempos en lo que satélites y televisión eran cosas desconocidas e inimaginables, lo que deparaba el clima al sufrido labrador; a falta de meteorólogos y sofisticados cromas donde un presentador televisivo desgrana la predicción semanal señalándo un mapa significativo, la observación y la habilidad y perspicacia personal resultaban de gran utilidad para comunidades rurales que dependían extremadamente de la bondad del clima y que necesitaban afinar la predicción como una necesidad vital y no como la mera curiosidad contemporánea de saber si la lluvia o el frio arruinarán nuestro tiempo de ocio o nos otorgarán la posibilidad de estrenar nuestra flamante ropa de abrigo.
No faltaron en esas comunidades, que habían de suplir sus carecias técnicas con imaginación y perspicacia, personas dotadas de singular habilidad, como aquel inquietante personaje que en una localidad de la Manchuela de Albacete se dirigió en la viña a unos podadores para indicarles "podad, podad, que no vendimiareis", meses antes de que una brutal granizada arrasase la cosecha; personajes de los que aún se guarda memoria en algunos pueblos y que incluso han tenido reflejo literario, como ese "Nini", que en "Las Ratas", obra de Miguel Delibes, autor que tan a menudo reflejó en sus escritos a las gentes sencillas del campo, predecía la salvación de la cosecha si el aire se levantaba y removía la escarcha de la helada antes de salir el sol... "es el sol lo que quema las espigas..."
Gumer