Arquitectura tradicional: La barraca : TERRA CASTELLAE

jueves, 28 de febrero de 2008

Arquitectura tradicional: La barraca

La similitud de usos, las costumbres locales y en algunos casos el desuso en que han caído estas estructuras dificulta la asociación de un nombre concreto a un tipo de estructura pues a menudo construcciones diferentes reciben idéntico nombre o viceversa. Además la bibliografía sobre estas construcciones suele adoptar un enfoque local o asume una denominación concreta aplicándola al conjunto sin tener en cuenta a menudo la variabilidad de las denominaciones(1).

En los próximos mensajes vamos a tratar algunos de ellos.

LA BARRACA

Se trata de una humilde construcción realizada en piedra seca, con planta generalmente cuadrangular y con alzados no muy superiores a la altura de un individuo adulto. La cubierta es enteramente vegetal, resultado de apilar gavillas de sarmiento de vid y otros restos leñosos dejados tras la poda. Son llamados indistintamente “casillas” o “chozos” en función de la localidad e incluso de las personas, si bien la denominación “barraca” aparece ya en documentación del s. XVI (2).

Contrariando afirmaciones habituales sobre la arquitectura popular esta construcción es la única en la que se emplea la técnica de la “piedra seca”. Habitualmente se encontraban en viñas, en las que el propietario aprovechaba los montones de piedras resultantes de labores de despedrado y desfonde para construirse un tosco refugio útil en caso de chaparrón o para protegerse de la solana en las horas calurosas del verano.

Aún hoy en día puede verse alguna por los campos albaceteños si bien la inmensa mayoría, despojadas por la mecanización de toda utilidad, pues en caso de necesidad el labrador encuentra más sencillo y cómodo alojarse en el vehículo o tractor y gracias a ellos tampoco ha de pasar en el campo la noche o las horas de calor, han sido desmontadas para aprovechar el espacio que ocupaban.

(1):Existe un intento de sistematización y propuesta tipológica unificada en Fernández Serrano, G. Valiente Pelayo, J.L (2005) Arquitectura rural tradicional en la comarca de La Manchuela: la arquitectura civil y popular, Instituto de Estudios Albacetenses, Albacete.

(2):Las menciones documentales aparecen recopiladas en Almendros Toledo J.M. () Ordenanzas municipales de la ribera del Júcar, Instituto de Estudios Albacetenses, Albacete. Citado por Fernández Serrano, G. y Valiente Pelayo, J.L op cit.

Gumer

3 comentarios:

Alatriste dijo...

Creo recordar que en ocasiones también podían almacenar en ellos sacos o algún apero durante los días de las labores.

Resulta curioso observar los restos de estas construcciones cuando ocasionalmente uno las encuentra por la carretera, vestigios de tiempos pasados.

Cuanta sabiduría popular perdemos poco a poco, buen artículo Gumer.

Un saludo

gumerfers dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gumerfers dijo...

Bueno, lo normal es que para esos usos se prefiriese la casilla. La barraca (o chozo) aunque las denominaciones son muy variables y no siempre se refieren a lo mismo, era ante todo un refugio ocasional o temporal.

Claro está que se podía guardar algo, pero para esto lo normal era usar una casilla en condiciones, con teja, puerta... La barraca (también llamada, chozo, choza...) no era el mejor lugar para almacenar frutos o grano a resguardo de la humedad y, sobre todo, de los animales. Era demasiado sencilla, con su techo de gavilla de sarmiento y sus paredes de piedra trabada en seco, además rara vez tenía puerta o algo para impedir el acceso al interior.