El castellano-masa : TERRA CASTELLAE

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El castellano-masa

La presente entrada pretendía ser una continuación de las dedicadas a personajes castellanos. Sin embargo, cuando me encontraba meditando acerca de quien escribir, me percaté de lo profundamente interiorizados que tengo ciertos estereotipos asociados a Castilla y lo castellano.


Con frecuencia, los castellanistas criticamos que para la inmensa mayoría de los castellanos el término Castilla se asocia inmediatamente al medievo o a la lengua, sin darnos cuenta de que todos, de una u otra manera, cometemos ese mismo error. De hecho, los primeros nombres que barajé eran los de personajes históricos o escritores clásicos, brillando por su ausencia representantes de otras ramas del conocimiento, como pudieran ser la medicina, la ingeniería o la filosofía. Me acordé del juego infantil de nombrar un animal que empieza por i y un país que empieza por d, instintivamente nos viene a la cabeza la iguana y Dinamarca. Una limitación autoimpuesta que no nos permite ser objetivos ni considerar alternativas que nos permitan mejorar en multitud de campos.


Entonado el mea culpa, voy a hablar brevemente de Ortega y Gasset, o mejor dicho de uno de sus conceptos más famoso, el hombre-masa, que considero que en cierta forma se encuentra presente, bajo el disfraz de castellano(masa).



Ortega y Gasset


En el siguiente enlace de la wikipedia, aparece un breve semblante de la figura de Ortega y Gasset. Merece la pena echarle un vistazo. Quisiera destacar únicamente que fue una persona fiel a sus convicciones, comprometido con la cultura y la educación y que prefirió el exilio antes que abandonarlas y obtener réditos económicos. El concepto de hombre-masa brevemente explicado en el siguiente enlace es, sin duda, una de sus mejores aportaciones.


Jugando un poco con la idea de hombre-masa, es fácil llegar a la conclusión que se encuentra aún vigente. En el ámbito castellano, de hecho, plenamente vigente. Tenemos cierta tendencia a lo supuestamente “fácil”, esto es, a mantener las cosas tal y como están, sin arriesgarnos a mejorarlas. Esta querencia tan nuestra aparece incluso reflejada en el saber popular, como en el refrán “sin novedad”, dando a entender que está todo bien y que toda novedad por el mero hecho de serlo, tiene una connotación negativa. ¿Qué puede deparar el futuro a la sociedad castellana con estos “valores”?


En el plano político, es fácilmente observable como representantes, que sin ser subjetivos pueden calificarse de nefastos, son elegidos sistemáticamente elección, tras elección. Esta actuación se escuda en la suposición de que cualquier otra opción seguro que es peor y “más vale malo conocido…”. Si nos movemos al ámbito tecnológico, observamos que nos comportamos de manera similar. Por poner un ejemplo, constituimos una de las sociedades más reticentes al comercio electrónico.


Tenemos que acabar con este conservadurismo, entendido en el sentido más negativo posible, cerramos las puertas a las novedades sin tan siquiera valorarlas. Para completar nuestra locura, tendemos a despreciar nuestras costumbres y tradiciones, considerando algo moderno desprendernos de ella y abrazar abiertamente las procedentes de cualquier otro lugar. Hay que empezar a valorar, empujar, apoyar, o al menos considerar, a los excéntricos, locos o visionarios que osan acabar con la “cómoda y fácil” situación actual.


Otros enlaces:


Madroño

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha hecho gracia el artículo porque refleja casi a la perfección lo que pienso de Castilla. Nuestro gran problema es que nos escudamos demasiado en la tradición cuando perfectamente podemos modernizarnos sin perder nuestras tradiciones. También creo que ciertos periodos históricos pasados han dejado una huella más fuerte en Castilla que en otras regiones (aunque no sepa muy bien cual es la causa).
Esperemos que esta situación cambie aunque dificil lo veo, al menos a corto o medio plazo.

madroño dijo...

La relación que mantenemos con las tradiciones no deja de ser curiosa. Las despreciamos pero a la vez somos reacios a cualquier novedad. Tal vez sea miedo a la incertidumbre. Esto unido al deporte nacional castellano de la envidia y hundir al que triunfa, nos sitúa dónde estamos ahora mismo.

Pero hay que ser positivos, el primer paso para solucionar un problema, es saber que este existe.

Saludos