Tradiciones castellanas: El día de todos los santos
Como comentábamos en la anterior entrada, esta semana celebramos halloween, perdón quería decir, el día de todos los santos. Cada año va haciéndose patente la mayor influencia de la cultura anglosajona (norteamericana) en la sociedad castellana, no obstante, me gustaría añadir un pequeño matiz a esta previsible sustitución de celebraciones.
Al igual que otras celebraciones cristianas, todos los santos, tiene un origen pagano, asociado originalmente a las sociedades agrarias (no exclusivo del mundo celta) que en cierta forma celebraban las distintas estaciones. Con la cristianización muchas fiestas, símbolos, rituales, etc. paganos recibieron un nuevo barniz que los permitió pervivir en la nueva religión. Hay muchos casos documentados en los que lugares de culto de pueblos primitivos, se convirtieron en santos lugares cristianos. Paralelamente en los primeros siglos se produjo una identificación de las antiguas representaciones de deidades con las fuerzas malignas de la mitología cristiana, siendo quizá el más destacado la representación del cazador con cuernos, que pasó a representar la iconografía del diablo, o por poner un ejemplo clásico la relación del mito de Prometeo con lucifer (el que porta la luz).
Me resulta curioso observar, como a través de la americanización podemos llevar una especie de regreso a la celebración de los primitivos pueblos ibéricos, si bien, es cierto que no todos los pueblos primitivos europeos compartían las mismas celebraciones y rituales, por lo que la celebración sajona que nos llega diferirá muchos de las antiguas celebraciones autóctonas.
Como madrileño siempre he asociado esta fiesta a una serie de elementos: la visita al cementerio, la representación de el don Juan Tenorio de Zorrilla y los dulces típicos. En el caso de Madrid, estos son principalmente los buñuelos de viento y los huesos de santo. Dulces ciertamente tradicionales, no como la corona de la Almudena "típica" de la semana próxima, que se ha instaurado en tradición gracias desprendida labor comercial de las pastelerías. Los huesos de santo son dulces de mazapán, por lo que seguramente tengan un origen árabe, y aparecen ya mencionados en obras de principios del siglo XVII.
La representación de don Juan Tenorio, es muy apropiada para estas fechas por su carácter fantástico, que entre otros elementos muestra la cercanía entre el mundo de los vivos y los muertos. Todos los años se celebran varias representaciones de la obra, en distintas zonas de la provincia de Madrid. El último elemento, es el recuerdo de los que ya no están. En Madrid típicamente se visitan los camposantos y se dejan ofrendas florales, a diferencia, de lo que ocurre en otras zonas de Castilla, como La Mancha no es tan típico (al menos hasta donde llegan mis recuerdos) el adecentar la lápida en estas fechas.
Madroño
PD de Rui: Los buñuelos de viento, típicos de este tiempo, aunque ahora se coman durante todo el año, tienen una leyenda de esta época. Se decía que por cada buñuelo que te comieras sacabas a un alma del purgatorio. Así que ya sabéis, a comer buñuelos.
5 comentarios:
Por si acaso se me escapa algún alma de las que no quisiera rescatar, los comeré rellenos de crema.
De estas cosas, Madroño, lo malo o bueno no es la tradición -que todas tuvieron un inicio como bien documentas- sino la comercialización. Ahora se nos cambia sólo porque interesa crear un mercado entre verano y Navidad.
En fin...
Visitando TERRA CASTELLAE siempre se aprende algo interesante. Muy buen post.
Pedro, está claro que todo tiene su origen, pero algunos dulces tienen un origen más "forzado" que otros. Algunos dulces tradicionales se van perdiendo mientras otros de nueva tradición están cogiendo fuerza, y no parece que sea sólo por el cambio de gustos. En cualquier caso disfrutemos de lo que hay y contribuyamos a salvar almas.
Saludos
Vale, de acuerdo: allá van un par de buñuelos...
Otras tradiciones manchegas que he visto o me han contado: dejar encendidas durante toda la noche velas de aceite en recuerdo a los difuntos y para que guien sus almas, o untar con "gachas" las cerraduras de las puertas para que no entren malos espíritus...
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