Barramos el monte…y dejémoslo limpio de agentes forestales : TERRA CASTELLAE

jueves, 26 de julio de 2007

Barramos el monte…y dejémoslo limpio de agentes forestales


Viñeta creada por Ramon para el Pais

Ésta, parece ser una de las ocurrencias que han llevado al gobierno de la comunidad castellana de Madrid a tramitar por el procedimiento de urgencia unas regulaciones de la actividad de los agentes forestales (Ley de Modernización del Gobierno y la Administración de la Comunidad de Madrid), que los deja prácticamente vacíos de atribuciones.

Una vez apagada las brasas mediáticas que daban cobertura al asunto (veáse El País o El Mundo) y pese a las movilizaciones de los agentes madrileños, parece que el camino se haya despejado para agudizar el enladrillamiento de bosques y montes. Las protestas que lograron paralizar la idea de no considerar a los agentes forestales agentes de autoridad, rango que ostentan desde hace más de un siglo, entre otros motivos por ser anticonstitucional, no parece que vayan a lograr paralizar la ley. Tampoco parece importar que la ley contradiga la Ley Básica de Montes, a fin de cuentas vamos a dejarlos libres de molestos árboles para dejarlos urbanizables…lo que algunos regidores parecen entender por modernidad.





Con la aparente buena intención de proteger la esfera más íntima de los ciudadanos, el hogar, sigue adelante la idea de impedir el acceso de los agentes forestales a las parcelas y montes privados. Éste en apariencia lógico argumento, no es sino una burda falacia, puesto que intenta igualar hogar con parcela o monte, siendo claramente diferentes, una cosa es la casa en la que se reside, la auténtica esfera privada necesitada de protección, y otra muy diferente las hectáreas, en algunos casos miles, de las que consta la parcela en la que está se ubica. ¿Qué se logra requiriendo autorización judicial para que los agentes judiciales puedan acceder a las fincas privadas? En primer lugar, una situación de ocultismo, que evita que aberraciones urbanísticas puedan ser detectadas con celeridad. No hace falta ser demasiado agudo ni recurrir al diablo cojuelo para averiguar que pretenden nuestros gobernantes con esta medida.

En palabras de un representante de los agentes: "con esta nueva legislación se nos priva de muchas competencias y nos convertimos en simples ciudadanos de a pie a la hora de vigilar y custodiar la seguridad de nuestros parajes naturales”. Todo sea por la salud del cemento y ladrillo, que sin duda darán de comer a las generaciones venideras y evitarán tener que desplazarse al monte para contemplar la naturaleza, puesto que ésta quedará relegada a los zoos y jardines botánicos.

El País publica hoy un artículo en el que resume las principales medidas de la nueva ley (pulsar en enlace). A la vista de esta situación, sin duda extensible a multitud de ayuntamientos y comunidades castellanas, propondría una original medida de protesta. Dado que teóricamente la sede del gobierno local o autonómico es la casa de todos los ciudadanos, recuperando una vieja tradición castellana, apoyaría en su puerta una vieja escoba de paja esperando que tan molesta visita se vaya cuanto antes de nuestra casa.



Madroño

4 comentarios:

Rui dijo...

Buen artículo... que sepas que estaba reuniendo datos para escribir sobre lo mismo. ;)

Me he tomado la libertad de añadirte la viñeta de arriba.

Alatriste dijo...

Muy curioso, además con esta nueva ley el dueño X de una gran parcela en el monte podría hacer barbacoas con sus familiares, ya que al no haber ningún peligro de que un guardia entrara quedaría en manos del sentido común de cada uno hacerlas o no.

Por otro lado si alguien construye casas de más en los terrenos sería más difícil de detectar, y ya no digamos si alguien con actividades poco lícitas y muchos millones decide comprar un gran terreno para ocultar esas cosas poco lícitas y demás.

En definitiva que se da campo libre, nunca mejor dicho, para que los dueños puedan saltarse a la torera ciertas normativas en materia urbanizable.

Piedra de Oscuridad dijo...

Esto es de locos. Pero no la ley en sí misma (que es una aberración), sino la pasiva actitud del pueblo madrileño, a quien parece importarles lo más mínimo que la Sierra Madrileña se vaya a convertir de nuevo en una sucesión de señoríos feudales. Todo ello patrocinado por señoritos que piensan que la naturaleza se reduce a los cuatro arbolitos, achaparrados por las malas podas urbanas, que hay en la calle de su oficina.

Todo esto se enmarca en algo más global: la neoliberalización, la reducción del Estado a su mínima expresión, la otorgación de plenos poderes sobre las posesiones (y no sólo un haz de derechos sobre los que debe prevalecer el interés general, tal y como marca nuestra actual legislación).

¿Qué va a ser lo próximo? ¿La progresiva desprotección de los Espacios Naturales de la Región? Yo de La Marquesa de Yebes me espero cualquier cosa.

Tengo entendido que ¿han recurrido la ley? Si es así, su declaración de nulidad por parte de los juzgados será una buena medida de la salud del Sistema Judicial.

Salud y libertad.

madroño dijo...

La verdad es que los madrileños parece que estamos "encantados", en la acepción de idiotizados, con el gobierno actual. La única explicación que se me ocurre, es que la mayoría de la gente entienda la política como el fútbol, forofos PP vs forofos PSOE, y defienden a su equipo a ultranza sin ninguna actitud crítica. Teniendo en cuenta que el PSOE en Madrid es basante lamentable, tal vez tras el congreso cambie, el PP gana por falta de oponente. Y como el fútbol es fútbol, puesto todo lo que haga está bien....

La ley iba a ser recurrida por el gobierno central por invasión de competencias, pero entre que se recurre y no, pues nos da tiempo a hacernos algún chalecillo.

Salud y comunidad