Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (II) : TERRA CASTELLAE

domingo, 3 de junio de 2007

Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (II)



Continuando con la vida de D.Rodrigo Diaz de Vivar, explicaremos el nuevo acercamiento al rey castellano y cuales fueron los motivos del segundo destierro, que como vemos en la imagen le llevaran hasta tierras de Valencia.



Años después del pago del rescate de los aragoneses, el Cid, tuvo la oportunidad de acercarse al rey Alfonso. Este había sido derrotado en la Batalla de Sagrajas contra los almorávides. El rey Alfonso le concedió varios dominios a Rodrigo y le encargó la defensa del levante. El Cid Campeador hizo tributarios a los monarcas musulmanes de Albarracín y Alpuente. Además defendió la ciudad de Valencia gobernada por Al-Qadir, aliado de los castellanos.

Pero nuevamente se producen fricciones entre el rey Alfonso VI y el Cid. En 1089 las tropas del Cid llegan tarde al sitio de Aledo, posiblemente debido a una descoordinación en sus comunicaciones. Esto enfurece al rey y le destierra por segunda vez, quitándole todas las concesiones anteriores e incluso las posesiones que tenía heredadas. Así pues Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, es desterrado con su mujer Jimena y sus tropas más leales.

Es entonces cuando Levante se convierte en su campo de operaciones personales. Sería su medio de supervivencia a partir de ese momento y no tendría que dar cuentas al rey Alfonso, aunque trataría de no interponerse en los intereses del rey de Castilla.
En 1090 saquea el reino de Denia, amedrentando a Al-Qadir que pasa a pagarle tributos. El rey de Lérida pide ayuda al conde de Barcelona al que vuelve a derrotar en Tévar en ese mismo año. Esas victorias convierten al Cid en una de las figuras más poderosas de la zona oriental de la península. Con el fin de reducir su poder, se realiza una alianza entre castellanos, aragoneses y catalanes, que tratan de apoderarse de Valencia. Consigue vencer a esa alianza y no contento con eso, decide escarmentar a Alfonso atacando La Rioja, obligando al rey a volver a su reino. En ese momento todo Levante excepto Zaragoza pagaba parias al Cid.

En 1092 decide poner sitio a la ciudad de Valencia, cuyo control había perdido tras la muerte de Al-Qadir. Consigue rendir la ciudad el 15 de Junio de 1094. Momento en el que adopta el título de Príncipe Rodrigo el Campeador. Según se puede inferir de las crónicas, puesto que era señor de muchas fortalezas de alcaldes musulmanes, se le pudo aplicar el apelativo de “meu sidi” con el que le aclamaron en Zaragoza años antes y con el que posteriormente se conocería su cantar “Mio Cid”.



Durante el tiempo que se establece en Valencia otorga a la ciudad unas leyes, trata de limpiar los arrabales cercanos para eliminar problemas sanitarios, restaura la religión cristiana pero a la vez renueva la mezquita, acuña moneda y se rodea de personajes eminentes de la cultura y de las leyes leyes tanto de origen cristiano como árabe… y es que al Cid, según relatan las crónicas, le gustaba que le leyeran historias mientras comía.

Mueve, también, sus hilos diplomáticos y estratégicos y se alía con Pedro I de Aragón y con Ramón Berenguer III para detener a los almorávides. Estas alianzas se ven reforzadas con el matrimonio de las hijas del Cid con el conde de Barcelona y con el infante Ramiro Sánchez de Navarra.

Los almorávides comienzan a atacar el territorio valenciano en 1097. Pero son rechazados por el Cid gracias a la ayuda que es enviada por Pedro I de Aragón. Ese mismo año Rodrigo envía a su hijo Diego a luchar junto al rey Alfonso contra los almorávides. Pero son derrotados en la batalla de Consuegra y Diego muere en la lucha.

Del fallecimiento de Rodrigo Díaz de Vivar hay ciertas incógnitas que se unen a las leyendas para producir un final mítico para este caballero castellano. Falleció en Valencia aunque la fecha de su muerte no está clara. Probablemente entre Mayo y Julio de 1099 debido a unas fiebres. Muy distinta esta muerte a la relatada en las leyendas. Según las mismas, una vez muerto el Cid y estando Valencia bajo asedio, se ató el cuerpo del Campeador a Babieca, su caballo, y salió a luchar su última batalla. Los almorávides al ver al Cid salir por las puertas de la ciudad para luchar, pensaron que había resucitado y huyeron despavoridos. Eso sí, con este final, los juglares se ganaban el pan.

Regaló su espada Tizona, esa misma que supuestamente ha comprado la Junta, a su sobrino. Y Jimena, como siglos después hizo la leona de Castilla con Toledo, defendió la ciudad de Valencia con la ayuda del conde de Barcelona. Hasta que en 1102 tienen que abandonar ciudad con la ayuda de Alfonso VI.

Los restos del Cid fueron llevados al monasterio de San Pedro de Cardeña en Burgos. Mucho después durante la Guerra de la independencia los soldados franceses abrieron su tumba, como otras muchas en Burgos, llevándose el contenido de la misma. Normalmente eran enterrados con joyas, telas de valor o armas… Tras una serie de vicisitudes los restos fueron recuperados y, desde 1926, reposan junto con los de su esposa en la Catedral de Burgos.



Este a grandes rasgos podría ser el resumen de la vida de D.Rodrigo Díaz de Vivar. Ya siento que haya salido un mensaje tan largo pero tenía muchas ganas de escribir sobre este personaje del que se desconoce por norma general su faceta histórica. Utilizado por diferentes intereses desde la edad media, no hay que perder de vista el valor que tuvo su vida. Gran estratega, buen diplomático, leal, con gran sentido de la justicia y con respeto, no olvidemos que fue príncipe cristiano de un reino árabe.

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.


Antonio Machado


Cadena Ser Guadalajara está preparando en capítulos una representación del Cantar del Mio Cid, se pueden escuchar aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

magnifico el mensaje, es agradable haber podido leer la vida resumida de este gran personaje del medievo

Anónimo dijo...

muy bueno me sirvio para el cole!!