TERRA CASTELLAE

Aún recuerdo cuando era un chavalín, un chiguito como decían en mi pueblo, y me acercaba en verano a la casa que tenían y tienen aún mis abuelos en la comarca castellana de la Bureba. Yo esperaba nervioso que llegará el atardecer para ver como bajaban, por el camino que va hacia el monte, rebaños con cientos de ovejas que volvían, junto con el pastor a refugio seguro.

Recuerdo aquellos perros enormes que iba de arriba a abajo del rebaño metiendo a las ovejas en su lugar para que no se quedaran rezagadas o no se metieran en el huerto de algún vecino.

Ya no quedan apenas ovejas en mi pueblo, y el oficio de pastor... bueno, no es que queden muchos la verdad, pero hoy he leído una noticia que me ha hecho recordar todo aquello.

Más de un millón de ovejas pasarán en la provincia por las manos del esquilador.

La tareas de esquile de la cabaña ovina han comenzado en todas las comarcas ganaderas de provincia de Ciudad Real, donde los ganaderos aprovechan la subida de las altas temperaturas para comenzar a recoger la producción anual de lana. A más de un millón doscientas mil cabezas de ovejas que conforman la cabaña ovina que se reparten por las once comarcas ganaderas de la provincia le será cortada la lana que se comercializará para su producción industrial. La llegada del calor ha intensificado este trabajo ganadero en toda la geografía provincial que acoge la mayor cabaña de toda la región con un treinta y cinco por ciento de las cabezas totales que están censadas en Castilla-La Mancha.

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Hay montones de historias que se pueden contar acerca de los pastores, la trashumancia, el ganado, los campos por donde pasaban aquellos rebaños.

¿Podéis recordar vosotros cuándo fue la última vez que visteis un rebaño grande, pero grande de verdad, cruzando los rastrojos de algún campo de labor? Yo hace muchos pero que muchos años.